“Los problemas de Citigroup, Bank of America y otros bancos sugieren que el sistema financiero está en bancarrota”, dice Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de Nueva York y uno de los gurús de la debacle mundial de las finanzas. Roubini cree que las pérdidas del sector alcanzarán los 3,6 billones de dólares sólo en EE UU, más del doble del capital con el que parten los bancos.
“Esto sugiere que el sistema financiero es insolvente”, recoge la agencia Bloomberg de palabras pronunciadas por Nouriel Roubini en una conferencia celebrada hoy en Dubai. “He encontrado que las pérdidas crediticias de las instituciones americanas llegarán a los 3,6 billones de dólares, la mitad de bancos y brokers […] Si esto es así, significa que el sistema financiero americano es insolvente porque parte de una posición de capital de 1,4 billones”.
“En Europa es lo mismo”, asegura Roubini. Sólo en la última semana, Reino Unido ha tenido que lanzar un segundo plan de rescate de sus bancos. RBS perdió 28.000 millones de libras en el último año, por lo que el Estado elevará su presencia hasta el 70% para salvarla de la quiebra. Alemania, por su parte, ha tenido que tomar el 25% de Commerzbank, mientras Deutsche Bank presentó pérdidas anuales de 4.000 millones. En España ya se habla de que el Gobierno podría entrar en el capital de las entidades financieras.
En EE UU, el nuevo Gobierno de Barack Obama aún estudia cómo invertir los 350.000 millones de dólares que restan del plan de rescate financiero TARP (Troubled Asset Relief Program). Bien inyectando capital en las entidades para reforzar su solvencia, bien comprando activos tóxicos para favorecer el crédito.
La semana pasada, Bank of America presentó sus primeras pérdidas desde 1991 y recibió fondos de emergencia por 138.000 millones de dólares, mientras que Citi está en proceso de desmembración tras presentar pérdidas de 8.300 millones en un solo trimestre.
Para Roubini, el precio del crudo se situará entre los 30 y los 40 dólares a lo largo de todo el año. “Veo a las commodities cayendo otro 15-20% […] esto es positivo para los importadores de petróleo, porque implica que la economía se recuperará más rápido”.
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