La crisis financiera que afecta a los bancos y cajas españoles puede recrudecerse por el imparable aumento de la morosidad, que ha alcanzado su nivel más alto en la última década, y la sequía absoluta de los mercados de créditos. Según fuentes del mercado, el Banco de España, consciente de esta situación, ha pasado a una estrategia más agresiva en su labor supervisora y podría intervenir alguna entidad de mediano tamaño en las próximas semanas.
Pese a las reiteradas voces que piden tranquilidad sobre la salud de los bancos y las cajas españolas por el colchón que suponen las llamadas provisiones genéricas, lo cierto es que el organismo supervisor está cada vez más preocupado por la velocidad a la que han crecido los créditos impagados. La tasa ha pasado del 0,67 al 1,60% en el conjunto del sistema en los últimos doce meses, lo que ha dejado a varias entidades en situaciones críticas en cuanto a su capitalización medida por sus recursos propios.
Tras conocerse estos datos, Pedro Solbes, ministro de Economía, lanzó un mensaje de calma al asegurar que dicha morosidad no pondría en apuros a la banca española. Tan sólo matizó que aquellas con mayor exposición al parón inmobiliario podrían verse más afectadas, pero que con la información de la que disponía le permitía estar muy tranquilo.
Sin embargo, fuentes próximas al Banco de España no opinan lo mismo. La institución lleva más de un año con advertencias a los bancos y cajas por la alegría con la que concedían créditos, tanto a particulares como a empresas, y cerca de diez con inspecciones más profundas en las entidades que se han visto involucradas en procesos de suspensiones de pagos inmobiliarias o refinanciaciones de urgencia, como ha ocurrido con Martinsa-Fadesa, Habitat, Colonial, Afirma o Llanera.
El Banco de España puso su lupa sobre la salud del balance de cajas como Bancaja, Caixa Galicia, Caja Castilla-La Mancha, la CAM y Caja España, entre otras, en un Plan A que se ha visto superado por la evolución de los acontecimientos. Además, en las últimas semanas ha extremado su vigilancia sobre las entidades que han visto como su tasa de mora se ha multiplicado por cuatro, cinco, seis y hasta siete veces. Entre estas últimas están Caixa Sabadell, Caixa Terrassa, Caixa Girona.
En total, diez cajas ya no disponen de las provisiones suficientes para cubrir los créditos dudosos -en esta cesta están la CAM, Cajastur, Caja Cantabria, Sa Nostra, Caixa Catalunya, Caixa Manlleu, Caixa Sababell, Caixa Tarragona, Caixa Sabadell y Caixa Terrasasa- y un tercio ya tiene una tasa de impagos superior al 2%.
El organismo supervisor está muy preocupado por las cajas que no disponen de cartera industrial para vender participaciones con las que compensar la incapacidad de acudir al mercado para conseguir financiación. De hecho, desde hace casi tres meses apenas se han registrado emisiones de deuda, ya sean de bonos o titulizaciones, porque los inversores extranjeros no están dispuestos a adquirirlas incluso si la entidad ofrece una prima desorbitada.
Por estos motivos, y teniendo en cuenta que en el sistema hay más de 200.000 millones de euros en créditos cuya devolución puede complicarse aún más por el crecimiento casi cero de la economía española, el Banco de España podría tener que tomar medidas de urgencia sobre alguna caja uniprovincial, hecho que puede pasar en las próximas semanas, según distintas fuentes.
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