"Toyota Motor confirma su salida del Mundial de F1 de forma inmediata", reza el comunicado de Toyota. Así de simple y contundente. El gigante nipón ha tenido que cerrar el grifo ante la delicada situación económica que atraviesan. Por eso el primer sacrificado, como ya sucedió en Honda, ha sido el equipo de Fórmula 1, que tantos yens ha succionado de las ahora desnutridas arcas del fabricante japonés. Nada nuevo por el país oriental donde aparte de las mencionadas marchas de Honda y Toyota, tanto Suzuki como Subaru se han visto obligadas a abandonar el Mundial de Rallys. Incluso la multimillonaria Bridgestone, proveedora exclusiva de neumáticos de la Fórmula 1, se ha visto obligada a echar pie a tierra, después de trece años, a causa de sus elevados costes.
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