TOKIO.- La segunda mayor economía del mundo, Japón, padeció durante el tercer trimestre del año una caída mayor de lo esperado y su PIB se hundió un 0,5%, cuatro décimas más de lo previsto, hasta dejar la tasa interanual -últimos 12 meses- en un negativo 1,8%.
Se trata de la primera recesión de esta potente economía en los últimos siete años. Sin embargo, ni las peores previsiones marcaban un nivel tan bajo, ya que inicialmente se predijo una caída interanual del 0,4%.
Estos datos, además, anticipan que la economía nipona previsiblemente seguirá contrayéndose al menos hasta el primer trimestre del próximo año, lo que marcaría un récord negativo desde la posguerra.
Mientras algunas compañías comienzan a cerrar sus puertas en Japón, el primer ministro, Taro Aso, ha prometido incrementar el gasto público para suavizar el impacto de los malos datos.
No obstante, muchos acusan al líder del Ejecutivo de no hacer nada frente a la crisis financiera y las encuestas sostienen que sólo uno de cada cinco ciudadanos apoyan su gestión.
A falta de confirmación oficial, los medios de comunicación anticipan que el Ejecutivo nipón podría gastar 216.000 millones de dólares más (unos 168.000 millones de euros), lo que equivaldría al 3,6% del PIB.
"Necesitamos poner todos nuestros esfuerzos en expandir la demanda doméstica. No deberíamos vacilar y examinar varias medidas", explicó el ministro de Economía, Kaoru Yosano.
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