El premio Nobel de Economía 2008, el estadounidense Paul Krugman, se ha mostrado preocupado por lo rápido que puedan aplicar los Gobiernos sus planes para superar la actual crisis, ya que la economía está empeorando a gran velocidad.
"Todos tenemos reservas sobre cuánto pueden gastar los Gobiernos para sostener la economía", pero más importante es saber si los planes de rescate aprobados por los países se pueden poner en marcha a la velocidad necesaria, ha dicho Krugman en una rueda de prensa en Estocolmo, donde el próximo miércoles recibirá el premio Nobel de Economía 2008.
Krugman, premiado por sus trabajos sobre comercio internacional que le llevaron a diseñar una "nueva geografía económica" y una "nueva teoría del comercio", insistió en que el momento actual es "muy difícil" y de "transición" en cuanto a sistemas económicos.
"Las cosas van a ponerse peor por lo que es difícil prever qué medidas de rescate pueden funcionar", ha añadido este profesor de Economía y Asuntos Exteriores en la Universidad de Princeton desde 2000 y premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2004.
Un aspecto que puede ayudar, según destacó, es la experiencia japonesa. "Tenemos que estar agradecidos con los japoneses por haber tenido ese largo periodo con presión deflacionista en la economía que nos demuestra que esas cosas pueden pasar y también qué políticas funcionan y cuáles no".
Respecto a qué se les escapó a los expertos para no advertir la seriedad de la crisis, Krugamn ha indicado que, en su caso, no fue consciente de "lo frágil que era el sistema financiero". "No me di cuenta, como le pasó a casi todo el mundo, de la extensión en la que el sistema bancario tradicional, terriblemente protegido, estaba siendo sustituido por la banca paralela, que son bancos de hecho pero que no son bancos, que no están regulados como los bancos".
Esa "vulnerabilidad y fragilidad de ese nuevo sistema bancario paralelo no debería haber sido una sorpresa, pero lo fue. Esta crisis era algo que se esperaba pero su extensión ha sido un schock", afirma este economista y periodista estadounidense, de 55 años y conocido por ser un gran crítico del presidente George W. Bush y su política neoliberal.
No repetir errores del pasado
Sobre la próxima administración estadounidense de Barack Obama, señaló que "conocen bien los riesgos" de las últimas décadas de políticas económicas. "No hay riesgo de que lo repitan". No será una administración proteccionista, ha dicho Krugman, que aseguró con rotundidad: "hay muchas cosas por las que estoy preocupado y el proteccionismo en Estados Unidos no es una de ellas".
Al respecto indicó que no piensa que el nuevo Gobierno estadounidense haga nuevos acuerdos comerciales ni que "gaste ningún capital político en tratar de hacer regresar la ronda de Doha a los raíles".
Igualmente alabó la elección del próximo secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, al que calificó de "muy inteligente y de mente muy abierta". "Fue rápido en darse cuenta de la vulnerabilidad del sistema financiero y dio discursos sobre los riesgos antes de que la mayoría de la gente se diera cuenta de la amplitud" de la crisis.
Pese a reconocer la gravedad de la situación en general y del sector bancario y de la industria automovilista en particular -que se enfrentan en su país a un riesgo de desaparición en su estructura actual debido a la dispersión geográfica-, Krugman no dejó de bromear sobre la economía. En Estados Unidos, explicó, el problema han sido las enormes cantidades de dinero que algunos han hecho en la banca de inversiones, pero "ese es un problema que creo que ya se ha solucionado", afirmó irónico. Y terminó, entre risas, diciendo que su felicitación favorita tras anunciarse que era el ganador del Nobel es la de un amigo referida al premio en metálico que recibirá (diez millones de coronas suecas -un millón de euros-) y que decía: "espero que encuentres el banco aún en pie para poner tu dinero".
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