25 agosto 2008

Odriozola bajo cero - Por Jose Luis González

(Artículo publicado por Jose Luis González, ex-atleta español)

¿Alguien se sorprende del 0 con que sale de Pekín el atletismo español, el mismo balance obtenido hace 20 años, en los Juegos de Seúl, cuando José María Odriozola fue elegido presidente de la federación y se erigió en director técnico? No hay razones para el sobresalto. Basta observar la tendencia en los últimos años. Basta reflexionar sobre cómo vienen haciéndose las cosas desde arriba.

El mayor presupuesto.
El deporte español con el presupuesto más alto de cuantos han acudido a los Juegos no sale del pozo. Se trata de gestionar bien una cantidad de entre 12 y 15 millones de pesetas, una cifra privilegiada en relación con la mayoría de las especialidades. Y se trata de que los resultados se vean en las grandes competiciones, no en los Europeos, donde se maquilla el estado de las cosas a través del oro fácil. Un total de 43 países han sumado al menos una medalla en estos Juegos, entre ellos Polonia, Turquía, Noruega y Bélgica, que manejan mucho menos dinero que España.
La tendencia.
En Sydney, hace ocho años, se ganó una medalla en marcha. En Atenas, hace cuatro, una en marcha y otra en longitud. En el Mundial de Helsinki 2005, una medalla en marcha. En el de Osaka 2007, una en marcha y otra de Mayte Martínez. Echen cuentas. Sale poco más de una medalla como media. El vacío de Pekín está muy lejos de ser casual. Pinchó Paquillo, un valor seguro, un baluarte para camuflar la mediocridad general, y todo empezó a irse definitivamente al garete. Su decepción provocó un efecto vírico en la delegación y reduce aún más las posibilidades de los nuestros, ya de por sí escasas.
El oasis de los nacionalizados.
El 50% de los 11 finalistas salen del mediofondo (3) y de la marcha (otros tantos). El mismo número son nacionalizados. La labor de gente como Quiñónez y Casañas la hicieron en su momento Montalvo, Alozie o Lino. Son ellos y ellas quienes nos han salvado frecuentemente. Atletas consagrados, en cuyos méritos poco trabajo cabe atribuir, por lo general, a los responsables técnicos españoles.
No hay renovación.
La gente verdaderamente competitiva, poco más de una decena de atletas, anda en torno a la treintena. El proceso de detección de talentos se revela inútil. Falta sangre joven con posibilidades. Te vas al Campeonato del Mundo júnior y es un auténtico páramo. No hay un proceso de renovación.
Federación intervencionista.
El ente que preside Odriozola está montado como un negocio. Con pocos atletas cualificados para intervenir en la Golden League, desde España se desalienta a la clase media a tomar parte en mítines de inferior nivel que se disputan fuera de nuestras fronteras, reuniones muy dignas. Se acomoda al atleta: propuestas de reuniones, todas ellas bajo el paraguas de la federación, a un par de horas de su lugar de residencia, con sparrings de medio pelo ante los que tal vez pueda permitirse levantar los brazos cuando cruce la línea de meta.
Atletas acomodados.
Con su beca, su patrocionador y pruebas a su medida, el atleta no crece, se aburguesa, se limita: no sabe competir. Los efectos alcanzan incluso a gente de mayor altura. Higuero y Casado, por poner dos ejemplos, llevan demasiado tiempo cargados de complejos en los grandes escenarios, quedándose atrás en los primeros 1.200 metros, intimidados por el nombre de sus adversarios.
La frivolidad de las quinielas.
El presidente y director técnico de la federación barruntó cuatro medallas. Suele dárselas de pitoniso. También sin demasiado éxito en esa faceta tan frívola. En la competición no basta con coger el ranking mundial, hay otros factores, como los que acabamos de reseñar, que cuentan, y mucho. A José María Odriozola le puede la ambición personal y no le salen las cuentas. Debe responder del dinero que se pone en las manos de la federación y de los malos resultados. Nadie duda de que es muy difícil ganar una medalla, pero él es el principal responsable a la hora de poner las bases para que el atletismo español mejore.
Responsabilidades.
¿Cuál es el trabajo de campo que ha realizado? ¿Qué margen se deja a la iniciativa privada en la promoción del atletismo, cuando cualquier tentativa de organizar una carrera popular para niños ha de enfrentarse a una insoportable carga impositiva? Alrededor de Odriozola hay gente válida, pero otra que sólo le baila el agua. El Consejo Superior de Deportes lo sabe. También debe hacer frente a su alta cuota de culpa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muchas gracias por trasncribir el artículo de Jose Luis Gonzalez. Tan solo falta una coletilla LOS FRACASADOS DEBEN DIMITIR y si no que los CESEN. Si tuviera que pagarse la mitad cde lo que gasta con su VISA personal, seguro se habría ido ya. Pero es muy bonito estar chupando del bote, haciendo "pronos", figurar todo lo posible y ahora echará la culpa a los atletas.
Lo siento por ellos, que muchos se lo habrán currao, pero al final se enciende la luz de la Reserva y esperemos que el repostaje sea con "savia nueva".
Salu2
Eleder