
Desde este blog deseo que 2009 sea un buen año para todos vosotros. Next year Egipto, bonita espero verte de cerca.
Campa: «En próximos años, los tipos de interés serán más altos de lo que conocimos»
El economista ovetense advierte
sobre la ola de proteccionismo: «Fue uno de los errores en el crack del 29»
Es la crisis más grande que nos ha tocado vivir. Es la crisis que nos identificará como generación y que nos marcará en la medida en lo que hagamos y cómo saldremos de ella». El economista José Manuel Campa iniciaba así la charla sobre la crisis financiera que ofreció ayer en la Cámara de Comercio de Oviedo. Este ovetense licenciado en Económicas y Derecho por la Universidad de Oviedo, doctor en Economía por Harvard, cerró con su ponencia la presentación del libro «Empresas y empresarios, diferentes caminos hacia el éxito», escrito por los profesores universitarios Camilo Vázquez y Myriam García.
La financiera, una crisis muy peculiar. Para José Manuel Campa la crisis financiera por la que atraviesa el planeta tiene un componente que la diferencia de todas las anteriores: su repercusión mediática. Esto implica, según este experto ovetense asesor de múltiples empresas y con una dilatada trayectoria docente e investigadora, «que todas las decisiones que se toman para paliarla se interpretan en función de la bondad o no de la Bolsa al día siguiente. Esto es muy peligroso en una situación tan volátil».
A su vez esto conlleva que la financiera, -«una crisis de confianza en su esencia», dice Campa- se agrave, ya que, según este experto «las noticas que hay no generan confianza. Hay más paranoia de la que debiera».
Su origen, en una innovación. «Casi todas las crisis han tenido su origen en una burbuja financiera. La última fue por internet, las anteriores por el invento del coche, del ferrocarril... Pero en este caso la innovación no se dio en la economía real, se dio en las finanzas», explicaba Campa. Y así, el invento de nuevos productos financieros permitió a entidades reguladas y con un estricto control de sus capitales trabajar con otras prácticamente libres de control. El panorama era éste. Sólo faltaba la oportunidad, el detonante. «Y la oportunidad llegó en los años 2002-2003 cuando los tipos de interés casi eran negativos. Toda persona racional se endeudó y se aceleró el intercambio de activos entre entidades reguladas y no reguladas», repasaba. Pero la subida de los tipos derrumbó el sistema.
Lecciones que no hay que olvidar y el fin de los paraísos fiscales. Campa enumeró las lecciones que esta crisis ya ha dejado y que el sistema no debe olvidar. De mano, «más control en la innovación (financiera). Llega una época en la que será más difícil innovar», explicaba. Según Campa habrá más controles, pero matizó: «La respuesta no es más regulación, es mejor regulación. Hay que regular el tipo de productos y no a la institución. Y una regulación coordinada internacionalmente». Y concluyó: «De ahí que los paraísos fiscales se vayan a convertir en una reliquia del pasado. Tendrán tanta presión internacional que prácticamente desaparecerán. Seguirán ofreciendo ventajas fiscales, pero ya no será lo mismo». De igual forma Campa aventuró que cambiará el concepto de liquidez así como las normas contables. «En unos años el próximo premio Nobel de Economía será el que sepa fijar el precio de la liquidez», aseveró.
Años de gran inflación. Para Campa el actual miedo que existe a la deflación no tiene base. «A corto plazo papá Estado está siendo el único prestamista. Es un trasvase de riqueza que habrá que pagar en un futuro», apuntaba para añadir: «Entre los próximos dos a cinco años los tipos de intereses serán mucho más altos que ahora y mucho más de los que conocimos, entre el 7 y el 9 por ciento». Además, auguró tiempos «de menor crecimiento después de haber vivido en los últimos diez años la época de mayor crecimiento de la humanidad».
Tiempos de intervencionismo y proteccionismo. «Se avecina una ola de intervencionismo, legitimado o no», aseveraba. «Lo que no puede ser es que se nacionalicen el 50 por ciento de los bancos y que el Estado no tenga capacidad de decisión en ellos», denunciaba para ironizar: «Para los políticos esta crisis es una mina. Ahí tenemos a Gordon Brown, que estaba a punto de morirse por falta de atención y ahora es el rey del mambo. O Zapatero, que puede presumir de la fortaleza del sistema bancario español. O Sarkozy». Mientras, Campa advirtió sobre las tendencias proteccionistas de muchos estados. «Esto fue uno de los grandes errores que se cometió en la Gran Depresión. El proteccionismo llevó a que el comercio mundial cayera en picado durante años», rememoró el economista ovetense.
Las empresas ante la crisis. Campa ofreció algunas pinceladas a los empresarios sobre lo que hacer y lo que les espera. «En estos momentos lo que cuenta es gestionar la caja, pero todos», explicó para añadir: «Es bueno para la empresa, para el individuo. De ahí que los bancos no presten y la gente no gaste. Pero esto es terrible para el sistema». Al tiempo, aconsejó a los empresarios adaptar la estructura financiera de la compañía a su plan de negocio porque «los mercados financieros están ahí, pero no siempre». Y prosiguió: «Es época de preservar, pero construyendo. Las grandes oportunidades para las empresas surgen en época de crisis. Es tiempo de pensar en lo que tienes (personas, objetos tangibles y negocios) y con ello desarrollarse mirando hacia el futuro». Campa concluyó: «Las empresas se consolidarán. El 30 por ciento de las entidades bancarias desaparecerán o se fusionarán. Siempre ocurre».
TOKIO.- La segunda mayor economía del mundo, Japón, padeció durante el tercer trimestre del año una caída mayor de lo esperado y su PIB se hundió un 0,5%, cuatro décimas más de lo previsto, hasta dejar la tasa interanual -últimos 12 meses- en un negativo 1,8%.
Se trata de la primera recesión de esta potente economía en los últimos siete años. Sin embargo, ni las peores previsiones marcaban un nivel tan bajo, ya que inicialmente se predijo una caída interanual del 0,4%.
Estos datos, además, anticipan que la economía nipona previsiblemente seguirá contrayéndose al menos hasta el primer trimestre del próximo año, lo que marcaría un récord negativo desde la posguerra.
Mientras algunas compañías comienzan a cerrar sus puertas en Japón, el primer ministro, Taro Aso, ha prometido incrementar el gasto público para suavizar el impacto de los malos datos.
No obstante, muchos acusan al líder del Ejecutivo de no hacer nada frente a la crisis financiera y las encuestas sostienen que sólo uno de cada cinco ciudadanos apoyan su gestión.
A falta de confirmación oficial, los medios de comunicación anticipan que el Ejecutivo nipón podría gastar 216.000 millones de dólares más (unos 168.000 millones de euros), lo que equivaldría al 3,6% del PIB.
"Necesitamos poner todos nuestros esfuerzos en expandir la demanda doméstica. No deberíamos vacilar y examinar varias medidas", explicó el ministro de Economía, Kaoru Yosano.
"Todos tenemos reservas sobre cuánto pueden gastar los Gobiernos para sostener la economía", pero más importante es saber si los planes de rescate aprobados por los países se pueden poner en marcha a la velocidad necesaria, ha dicho Krugman en una rueda de prensa en Estocolmo, donde el próximo miércoles recibirá el premio Nobel de Economía 2008.
Krugman, premiado por sus trabajos sobre comercio internacional que le llevaron a diseñar una "nueva geografía económica" y una "nueva teoría del comercio", insistió en que el momento actual es "muy difícil" y de "transición" en cuanto a sistemas económicos.
"Las cosas van a ponerse peor por lo que es difícil prever qué medidas de rescate pueden funcionar", ha añadido este profesor de Economía y Asuntos Exteriores en la Universidad de Princeton desde 2000 y premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2004.
Un aspecto que puede ayudar, según destacó, es la experiencia japonesa. "Tenemos que estar agradecidos con los japoneses por haber tenido ese largo periodo con presión deflacionista en la economía que nos demuestra que esas cosas pueden pasar y también qué políticas funcionan y cuáles no".
Respecto a qué se les escapó a los expertos para no advertir la seriedad de la crisis, Krugamn ha indicado que, en su caso, no fue consciente de "lo frágil que era el sistema financiero". "No me di cuenta, como le pasó a casi todo el mundo, de la extensión en la que el sistema bancario tradicional, terriblemente protegido, estaba siendo sustituido por la banca paralela, que son bancos de hecho pero que no son bancos, que no están regulados como los bancos".
Esa "vulnerabilidad y fragilidad de ese nuevo sistema bancario paralelo no debería haber sido una sorpresa, pero lo fue. Esta crisis era algo que se esperaba pero su extensión ha sido un schock", afirma este economista y periodista estadounidense, de 55 años y conocido por ser un gran crítico del presidente George W. Bush y su política neoliberal.
No repetir errores del pasado
Sobre la próxima administración estadounidense de Barack Obama, señaló que "conocen bien los riesgos" de las últimas décadas de políticas económicas. "No hay riesgo de que lo repitan". No será una administración proteccionista, ha dicho Krugman, que aseguró con rotundidad: "hay muchas cosas por las que estoy preocupado y el proteccionismo en Estados Unidos no es una de ellas".
Al respecto indicó que no piensa que el nuevo Gobierno estadounidense haga nuevos acuerdos comerciales ni que "gaste ningún capital político en tratar de hacer regresar la ronda de Doha a los raíles".
Igualmente alabó la elección del próximo secretario del Tesoro de EEUU, Timothy Geithner, al que calificó de "muy inteligente y de mente muy abierta". "Fue rápido en darse cuenta de la vulnerabilidad del sistema financiero y dio discursos sobre los riesgos antes de que la mayoría de la gente se diera cuenta de la amplitud" de la crisis.
Pese a reconocer la gravedad de la situación en general y del sector bancario y de la industria automovilista en particular -que se enfrentan en su país a un riesgo de desaparición en su estructura actual debido a la dispersión geográfica-, Krugman no dejó de bromear sobre la economía. En Estados Unidos, explicó, el problema han sido las enormes cantidades de dinero que algunos han hecho en la banca de inversiones, pero "ese es un problema que creo que ya se ha solucionado", afirmó irónico. Y terminó, entre risas, diciendo que su felicitación favorita tras anunciarse que era el ganador del Nobel es la de un amigo referida al premio en metálico que recibirá (diez millones de coronas suecas -un millón de euros-) y que decía: "espero que encuentres el banco aún en pie para poner tu dinero".