09 junio 2010

¿Dónde están más seguros los ahorros en caso de quiebra de un país?

Los escándalos financieros, como la quiebra de Lehman Brothers, la intervención de Caja Castilla-La Mancha, junto a la más reciente de Cajasur y las que probablemente están por llegar, y los problemas actuales de solvencia de muchos de los países, entre ellos Grecia, Hungría y los calificados de PIGS (España, Italia, Irlanda, Portugal y Grecia), han hecho que vuelvan a aparecer viejos fantasmas y miedos. A la mente de los ahorradores e inversores ha saltado de nuevo el temor sobre si están o no seguros sus ahorros e inversiones y cuáles son los activos más seguros en caso de que un país o estado caiga en default o decrete un corralito.

Lo cierto es que muchos ciudadanos no son conscientes realmente de los riesgos que llevan asociados sus inversiones, o sin ir más lejos, de dónde se encuentran invertidos sus ahorros. Para evitar sorpresas desagradables, el cliente no debe dejarse guiar sólo por la recomendación del instrumento financiero (depósitos, acciones, estructurados, etc.) que le ofrezcan en una entidad sin saber lo que está comprando. De hecho, construir una cartera con los productos de moda es un error muy frecuente entre los inversores. Para muestra, un botón: actualmente, por ejemplo, muchas entidades financieras han estado y siguen emitiendo participaciones preferentes entre sus clientes, pero estos no suelen tener conciencia del elevado riesgo que conlleva, un riesgo que no debe, en absoluto, pasarse por alto.

A continuación incluimos una tabla con los activos más seguros y que menos se pueden ver perjudicados si se decreta un corralito en un estado acuciado por las deudas y el déficit:

Notas previa: la columna Precio indica la dirección más probable del precio del activo determinado en caso de corralito financiero. “+” indicaría que el precio debería subir y “–“ que debería bajar). La columna Riesgo indica los riesgos más importantes a los que está expuesto el activo en cuestión: cuantificables (mercado, cotización), no cuantificables (liquidez o disponibilidad del dinero). En caso de corralito financiero y elevadas dosis de nerviosismo, los riesgos no cuantificables son más importantes si cabe que los cuantificables.

Activos
Precio
Riesgo
Financieros cotizados Letras del Tesoro y Deuda Pública (de otros países) + bajo
Deuda de empresas - medio/alto (mercado y liquidez)
Renta Variable - alto (mercado)

Divisas refugio (dólar, yen,...)

+ medio
Otras divisas sin patrón medio/alto (mercado)
Financieros no cotizados Depósitos bancarios no cotizan alto (liquidez)
Activos no financieros Inmuebles - medio (mercado y liquidez)
Materias primas refugio (oro) + medio (mercado y liquidez)
Otras materias primas - alto (mercado y liquidez)

Una vez entendida la tabla, en caso de corralito financiero, deberemos estar invertidos en aquellos activos cuyo precio suba y el riesgo no cuantificable sea mínimo. Son los señalados en la tabla siguiente:

Activos
Precio
Riesgo
Financieros cotizados Letras del Tesoro y Deuda Pública (de otros países) + bajo
Deuda de empresas - medio/alto (mercado y liquidez)
Renta Variable - alto (mercado)

Divisas refugio (dólar, yen,...)

+ medio (mercado)
Otras divisas sin patrón medio/alto (mercado)
Financieros no cotizados Depósitos bancarios no cotizan alto (liquidez)
Activos no financieros Inmuebles - medio (mercado y liquidez)
Materias primas refugio (oro) + medio (mercado y liquidez)
Otras materias primas - alto (mercado y liquidez)

Por último, una vez elegidos los activos, elegiremos el formato o el vehículo para invertir en cada uno de ellos. Sin duda, el mejor vehículo en caso de corralito para invertir en letras, divisas refugio y oro, es el fondo de inversión ya que no existe riesgo de contrapartida.

EL MITO DE LOS DEPÓSITOS Y CUENTAS CORRIENTES

Debemos deshacer el mito de que “lo más seguro son las cuentas corrientes y los depósitos de bancos y cajas” y, como podremos comprobar más adelante, fijarnos más en productos como los fondos de inversión. Es de vital importancia contar con un asesor independiente que conozca íntegramente los productos que recomienda y que ayude a controlar las emociones en momentos de pánico y a poner en perspectiva cómo afectan las distintas noticias del sector a la situación particular de cada cliente. Hay que estudiar y jerarquizar los gastos, revisar las fuentes de ingresos y el crecimiento de los mismos y, por eso, antes de decidir invertir se debe planificar. No es lo mismo ahorrar para la jubilación que para pagar los estudios de un hijo. Lo que muchos inversores ignoran es el riesgo de los depósitos o los plazos fijos, que no se percibe pero existe, y siempre ha existido: el riesgo de contraparte (que la otra parte no cumpla lo acordado por motivos de solvencia) o que quiebre la entidad en la que depositamos nuestros ahorros.

El motivo es sencillo: salvo que se hunda el sistema, los españoles tienen garantizado, hasta 100.000€, el importe invertido en cuentas y depósitos. No obstante, si una gran masa de clientes pidiera el reintegro de su dinero, esta cantidad deja de tener validez puesto que las arcas del Fondo de Garantía de Depósitos tienen 6.500 millones de euros frente a 1,1 billones de euros pertenecientes a familias y empresas, que hay actualmente en cuentas corrientes y depósitos a plazo en España.

Pero, incluso, descartando la posibilidad de pánico, conviene otra vez recordar que acabar en el Fondo de Garantía no es ningún “chollo” ya que puede pasar mucho tiempo hasta que recuperemos nuestro dinero (la rapidez operativa no es, precisamente, lo que caracteriza a la Administración) y, además, olvídese de los intereses que le prometió la entidad quebrada.

Y aquí encontramos la ventaja fundamental de los fondos de inversión, además de las sobradamente conocidas de mejor tratamiento fiscal y total disponibilidad del dinero: el patrimonio gestionado en fondos de inversión es siempre propiedad del partícipe puesto que no se encuentra en el balance de ningún banco o caja mientras está invertido, al contrario de lo que pasa si optamos por un depósito. O lo que es lo mismo: si una entidad bancaria quiebra, el dinero de nuestros depósitos se esfuma, mientras que el invertido en fondos de inversión, al ser propiedad del partícipe, no se ve afectado por la quiebra.

Aclarado esto, cierto es que existe el fondo de garantía de depósitos, que evita que fluya el pánico pero, como en todas las medidas de urgencia, existen muchas variables por definir: ¿en qué plazo recuperaría el dinero depositado?, ¿el Estado pagaría los intereses de demora? O, sin ir más lejos, ¿va a haber dinero en las arcas del Estado para devolver a todos los depositantes sus cantidades invertidas después de los enormes déficits en los que están incurriendo para salvaguardar las economías en su conjunto?.

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