17 noviembre 2005

El paddock

El siguiente informe corresponde a Joe Takach y ha sido publicado en TodoTurf. A los dos mi agradecimiento y enhorabuena pues aportan interesantes pistas sobre el modo de actuación de los caballos en el paddock. Espero que os sirva de gran ayuda:

Los niveles de energía y las actitudes son grandes fuentes de información en la evaluación de los caballos en el paddock de cara a las apuestas.

Si usted te encuentras en el hipódromo dispondrás de tiempo suficiente para hacer un juicio sobre los niveles de energía de los participantes. Comprender estas actitudes de los caballos en el paddock te permitirá concentrarte en los caballos con una actitud positiva respecto a la inminente carrera y descartar rápidamente a aquellos con signos negativos.

Existen 5 tipos básicos de niveles de energía asociados a determinadas actitudes del caballo.

1) EL MUERTO VIVIENTE

Este tipo de caballo es muy fácil de distinguir. Su actitud y movimientos sugieren letargo total. Cada uno de sus pasos cuando el mozo le incita a ir hacia delante parece que le cuestan un mundo. Sus ojos están medio cerrados. Sus orejas están caídas. Su cabeza está muy agachada y sube y baja. A veces sus manos incluso salpican arena dado que sus cascos apenas se elevan por encima del suelo. Con sólo mirar a estos caballos a uno le dan ganas de bostezar.

Aunque no todos y cada uno de los caballos carentes de energía están heridos, cojos o doloridos, muchos de ellos sí lo están. Junto con ese perfil negativo suelen aparecer un puñado de otros signos como el tranco corto, colas caídas, negativo posicionamiento de las orejas, escasez de masa muscular, tranco ancho, tobillos inflamados, tendones en mal estado, lilimento y pobre coloración de la piel.

El muerto viviente ofrecerá muy poca, o tal vez ninguna resistencia durante la carrera que está a punto de disputarse. Aunque el caballo no muestre todos los signos mencionados, seguramente si que dejará ver alguno de ellos.

Yo no suelo malgastar mi tiempo con estos caballos cuya probabilidad de hacerlo bien es mínima y sugiero de manera apremiante que vosotros hagáis lo mismo y los descartéis rápido.

2) LOS MEDIO-MUERTOS VIVIENTES

Este tipo de caballo es primo cercano de los muertos vivientes. Mientras que ambos miembros de esta familia dan una impresión de intensa apatía, los medio-muertos vivientes son lo que su nombre indica. Puede haber indicaciones de una cierta vida dentro de ellos, pero estos animales no ofrecen indicios de tener la voluntad o el deseo de correr.

Aunque no necesariamente sobrecargados con cada uno de los problemas de los muertos vivientes los medio-muertos son contendientes inclasificables y mediocres que preferirían mucho más el solaz de las cuadras que su actual situación de pre-carrera. Muy pocos de ellos serán competitivos en cualquiera de los tramos del recorrido.
Yo también suelo descartar a estos perdedores.

3 EL PERDEDOR REBELDE Y ENCOLERIZADO

Los frecuentadores del paddock han aprendido a lo largo de su carrera como analistas que los caballos ingobernables e incontrolables son SIEMPRE una situación de absolutamente “NO” de cara a la taquilla de apuestas
De manera similar a la de los muertos vivientes, los caballos encolerizados son muy fáciles de distinguir entre la multitud. Son aquellos que saltan de aquí para allá como canguros en celo sin razón aparente. Echad un vistazo a su mozo, seguramente éste se encontrará sudando profusamente tratando de controlar al caballo.

En vez de investigar las razones de ese comportamiento negativo, que podría ser enfermedad, miedo, rabia, cojera, la acción de drogas legales o ilegales, nuestro tiempo será mejor empleado consignando la negatividad de esa rebeldía y toda la muy necesaria energía que se está perdiendo en le proceso.

En algunos casos la rebeldía del caballo se debe a que tiene miedo y sus ojos suelen ofrecer inapelable evidencia al respecto. Su aspecto es como si acabaran de ver un fantasma.

Las orejas del caballo en rebeldía en ocasiones parece como si vibraran, moviéndolas al azar en todas direcciones. Resulta obvio que el caballo no se está concentrando en nada en particular y que no quiere estar en el sitio en el que se encuentra. Si se pone excesivamente encolerizado sur orejas se pegarán a su cabeza y casi desaparecerán.

Los caballos encolerizados suelen sudar incluso en las épocas más frías del año. Toda la hiperactividad que implica la lucha con su mozo y ese tratar de escapar produce el aumento de temperatura en su cuerpo. Masivas cantidades de sudor con aspecto de espuma blanca pueden deslizarse por sus patas posteriores. El sudor en el cuello, debajo de la silla y en las patas delanteras también es frecuente.

Tras gastar innecesariamente toda esa preciosa energía en el paddock, a los corredores rebeldes y encolerizados no les quedará demasiada en su depósito de cara a la inminente carrera.

Una cola moviéndose en todas direcciones también denota rebeldía, lo mismo que las contracciones fortuitas de los músculos. Sin razón aparente sus músculos se estremecen como si estuviera intentando espantar un insecto. Si ve estas contracciones en ausencia de insectos eso significa que la situación mental del caballo en ese momento es muy mala.

Los caballos rebeldes a menudo llevan su cabeza anormalmente alta, en un interminable intento por liberarse de su mozo. También suelen moverla con vehemencia y muy rápido de izquierda a derecha y si el mozo no está muy atento son capaces de escapar y correr hacia la zona de las cuadras. Los caballos encolerizados suelen ser muy difíciles de ensillar y en esos momentos dejan patente que no quiere saber nada de participar en la carrera. Y lo mismo pasa a la hora de meterlo en los cajones de salida.

Cuando estos se abren el caballo encolerizado, o bien se lanza a correr como alma que persigue el diablo, tratando de fugarse del pelotón durante 400 o 600 metros para a continuación pararse en seco, o bien se queda en la salida partiendo lentísimo y perdiendo todas sus opciones. El caballo encolerizado actúa como un perdedor desde el mismísimo instante en que lo veis en el paddock hasta el momento en que termina la carrera en las cercanías de la recta de enfrente. Estos caballos raramente muestran una seria oposición a sus rivales.

4) EL PACIFISTA

El nivel de energía o ademanes del tipo Pacifista no es difícil de descubrir, pero a menudo es complicado de interpretar. Muchos de ellos ganan carreras todos los días. Suelen dejar ver ciertos signos de estar a punto, pero no son capaces de mostrar un nivel de agresividad tal que indique una top perfomance inmediata.

Se muestran más animados que los del tipo Muerto Viviente o los del Semi-Muerto, pero se encuentran muy lejanos del tipo Caballo a Punto. Muchos de ellos se dejan ver bien, caminando correctamente con las cabezas erguidas. Buen color y musculación no son infrecuentes.

Los pacifistas no demuestran ni pocos deseos ni adversión a participar en lo que se está avecinando. Uno quisiera que mostraran más rasgos de perdedores o de ganadores. Al menos así se les podría catalogar como candidatos o como descartes.

Los pacifistas simplemente están por ahí. Aunque harán su canter o galoparán suavemente al ser requeridos, muchos de ellos se rajarán a la primera oportunidad que se les presente.

Pronto comprobaréis que los caballos de edad dominan el ranking de los pacifistas. Muchos han corrido en 30 o 40 carreras, o incluso más. Han estado tantas veces en la pista que aunque en ocasiones tienen ganas de correr y darlo todo, no lo dejan ver de la misma manera que el joven y más agresivo Caballo a Punto. Estos experimentados guerreros simplemente salen a la pista y hacen su trabajo un día sí y otro también. Usar simplemente la clasificación de los niveles de energía no siempre da la radiografía completa de un pacifista. Pero cuando se asocian los niveles de energía junto con otros signos físicos (buenos o malos), las decisiones sobre apuestas generalmente surgen fácilmente y sin dudas.

Mi consejo inicial con respecto a los pacifistas es esperar hasta que se los ve ganar, y entonces retener su aspecto físico para que, cuando se repita dicho aspecto, saber que, si ganaron en el pasado estando así, pueden volver a hacerlo de nuevo. Esto es doblemente cierto si el lote al que se enfrentan en una determinada tarde no lo integran más que caballos fuera de condición que, o bien parecen muertos vivientes, o irritados y desperdiciando preciosa energía.

Si los únicos caballos que caminan bien y hacen un precalentamiento correcto son pacifistas no encontrarán dificultad en batir tipos menos puestos. Nunca duden en aceptar a un pacifista en un lote lleno de perdedores en el que no sobresale ningún caballo del tipo Listo Para Ganar.

5) EL CABALLO LISTO PARA GANAR

Aparte de aceptable musculación, color, cola, orejas y correcto caminar, los caballos listos para ganar muestran altos niveles de energía.

El caballo que se encuentra a punto (ready to win) se muestra como un ganador desde que aparece en el paddock antes de la carrera hasta que se le quita la silla ya en el círculo de los ganadores. Su inconfundible postura de dominio es muy difícil de no ver o de ignorar. No hay ni timidez ni agitación en su porte. Simplemente está listo para correr a su máximo.

Los caballos listos para ganar casi ni pueden esperar a que se les ponga la silla encima, y en ocasiones gentilmente se escapan hacia delante, como medio jugando, cuando se dan cuenta de que les van a poner los pertrechos de correr. Frecuentemente incluso les cuesta contenerse. Aquí la palabra clave es “gentilmente”. Gentilmente no es lanzándose hacia delante tirando del entrenador y del mozo. Ni alzando las patas hacia arriba como con rabia. Gentilmente significa aquí con control, con un espíritu más bien juguetón de animal que quiere divertirse y expresarse corriendo y dominando. Y este autocontrol y espíritu de actuar divirtiéndose es excelente de cara a las taquillas de apuestas.

Este espíritu de diversión mezclado con voluntad de dominio no es agobiante para el mozo y el entrenador. Ambos han puesto mucho esfuerzo en conseguir que su animal llegue al cénit de su condición y no se les ocurriría para nada comprometer su probabilidad de victoria no tratándole con modales sutiles. Son completamente conscientes de que el más ligero abuso puede convertir a un caballo completamente a listo para ganar en uno sin chance. Si consiguen mantenerlo contento hasta el momento de entrar en los cajones, seguro que corre como de él se espera.

Una vez ensillado el caballo listo para ganar puede empezar a mostrarse algo más agresivo. Esto es muy normal además de ser un comportamiento muy deseable. Refleja que el animal ha tomado conciencia de que el momento de la verdad, la carrera, está llegando. Mientras camina por el círculo del paddock el caballo listo para ganar parece apenas tocar el suelo con sus patas, su cabeza engatillada como clavada hacia su mozo. Si el caballo se encuentra realmente a tope incluso hará ruidos tratando de intimidar a aquellos que todavía no están convencidos de su inminente victoria.

Pero cada uno de sus movimientos se rigen por la medida y el control. No son los erráticos gestos del falto de voluntad. No hay un fortuito desperdicio de energía. El caballo listo para ganar es todo “business”. Esta es su carrera y él lo sabe.

Los niveles de energía nos cuentan el guión de la disposición del caballo hacia lo que va a suceder a continuación. Si el caballo camina sin vibración, como sin vida, entonces seguro que así será su actuación en el momento en que se abran los cajones de salida.

Por el contrario si se muestra vivo y caminando con su cabeza bien erguida, como mínimo sabemos que aunque no gane será competitivo.

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